¡Bienvenidos a S.A!

¡Hola! ¿Cansado de soldados y caballeros? Si estás buscando algo diferente en cuanto a recreación, esta es tu página. En S.A aportamos un toque distinto y una visión especial en nuestra manera de recrear. Si tu pasión es la historia y la recreación, este es tu blog.

jueves, 29 de marzo de 2012

Nuestro aporte a tu campamento

S.A aporta algo diferente a un campamento de recreación al uso. Dado que los roles normalmente representados son militares, o, en todo caso, artesanos, proponemos complementarlos con otros que les aporten la dimensión adecuada. ¿Como se expresa la grandeza de un noble si no es con la comparación con su propio pueblo? ¿Y su vileza o magnificencia? ¿Como se aporta la dimensión religiosa a un campamento cruzado sin capellanes ni religiosos que acompañen a las tropas? La recreación que propugnamos, y la que ofrecemos, pasa por cualquier rol que podamos imaginar: desde el más alto al más humilde. Simplemente, se trata de la vocación de representar aquello que hasta ahora no ha podido representarse, o tiene una presencia minoritaria en el panorama recreador.

Pero, ¿Como introducir una mayor profundidad en la recreación? Ya que no nos limitamos a hacer acto de presencia, y pretendemos ser parte activa del ambiente histórico del campamento, llevando el concepto del "living history" a la recreación, este objetivo lo implementamos, normalmente, en tres fases, siendo las dos primeras las más usuales:

  1. Cápsulas: las cápsulas son pequeñas representaciones que nuestros miembros desarrollan en solitario o con una pequeña ayuda de los grupos asistentes. Se trata de pequeños retazos de la vida del periodo representado, llevados a cabo cuando hay público presente, o por el mero placer de recrearlos: un rezo, un enfermo que recibe asistencia y cura, una pequeña escena en la que se produce una pelea, un hurto, una persecución o una simple conversación con lenguaje de época.
  2. Teatralizaciones: las teatralizaciones son actos de mayor calibre. Para facilitarlos, pedimos a la organización del evento que estén contemplados en el programa, y asimismo requerimos la asistencia de los grupos presentes, en la medida de sus posibilidades. Siempre procuramos que los roles representados por aquellos que nos ayuden sean sencillos, aunque su participación es totalmente voluntaria y son libres de aportar lo que gusten al desarrollo de la teatralización, siempre que esta no se aparte del guión. Estas teatralizaciones reflejan de forma amena otros aspectos de la vida del periodo, pero de mayor hondura a intensidad: un juicio, una procesión, un día de mercado, un entierro... las posibilidades son tantas como la propia historia y los medios de los que dispongamos.
  3. Historia en vivo: el "living history" es un concepto mucho más profundo. Se trata de la unión de cápsulas y teatralizaciones durante un periodo de tiempo dilatado, de forma que la inmersión histórica del campamento aumenta exponencialmente. No obstante, aunque nuestros miembros pueden realizarlo por si solos, necesitarán de la colaboración activa de la organización y otros grupos presentes, ya que con esto todo salimos ganando.
Estos tres niveles son lo que propugnamos para incluir el "living history" de modo progresivo en los campamentos. Ya que somos conscientes que no todos están preparados para llegar a ese extremo partiendo desde cero, abogamos por pequeñas colaboraciones y responder al márgen y apoyo que la organización de los eventos nos brinde. Grandes cosas pueden hacerse si colaboramos entre nosotros.


martes, 27 de marzo de 2012

Montiel Medieval 2012

S.A siempre ha abogado por un mayor protagonismo de la recreación civil en España. Es curioso, pero días antes de llegar a esta localidad de la provincia de Ciudad Real, se produjo un intenso debate en internet entre los recreadores españoles, en el perfil de uno de los miembros de Signum Fénix, sobre lo que debía o no debía ser la recreación histórica en España. En este debate, muchas personas estuvieron a favor de un mayor protagonismo de la recreación civil, de la representación de roles alternativos y de la implicación en actividades de aquellas personas que se aburrían en los campamentos, sobretodo las mujeres que visten como tales.

A raíz de esta discusión fundamos un pequeño grupo en facebook, llamado "14-M", en honor a la fecha en que se produjo este debate. Paralelamente, llevabamos más de un mes preparando a conciencia nuestra primera recreación del año: Montiel. Nada mejor que predicar con el ejemplo.

S.A llevaba programadas dos actividades 100% civiles para el campamento montieleño: una procesión de flagelantes y apestados el sábado, y una misa de campaña el domingo, antes de la batalla. Pero Montiel nos sorprendió a un nivel que no esperábamos. Siempre nos enfrentamos a cierta resistencia por parte de la organización, en los eventos a los que vamos, o nadamos contra corriente a pesar de los apoyos, enfrentándonos a problemas de tipo técnico o la casuística. Normalmente, un evento "medieval" al uso se centra en la batalla y los combates entre caballeros, y Montiel parecía caminar en esta dirección.



Sin embargo, Montiel fue algo diferente, muy diferente. Para nosotros, la organización tuvo un inmenso acierto al declarar, a última hora, el entrenamiento de la algarada del sábado por la tarde como no-obligatorio, y decir a los grupos que cada cual hiciera lo que estimara oportuno. Esto dió pie a las más variopintas escenas de vida cotidiana en el campamento: musulmanes en sus rezos, niños jugando y aprendiendo, herreros forjando, eclesiásticos rezando frente al altar, trovadores tocando sus melodías, venta de abastos, pobres pidiendo limosna...

Al mismo tiempo, nuestros grupos amigos decidieron participar en el desfile de flagelantes, algo inédito en esta fiesta y recreación, pero que nosotros creimos necesario incluir. ¿Como no reflejar el paso de la peste negra por Castilla en uno de los pocos eventos españoles del siglo XIV, que se desarrolla menos de 20 años después de la gran epidemia de 1348? Como siempre, nuestros amigos y compañeros de Battle Honnours mostraron una energía, un dinamismo y unas ganas de innovar y participar que a todos nos sorprendieron. Ellos mismos se organizaron, se pintaron sus propias bubas y se dispusieron en varios grupos, junto al resto de recreadores de los más diversos grupos que dicieron acompañarnos: calatravos de Alcaudete, Guildas Áureas, Encomienda de Montiel... (perdón por si me dejo a alguien, pero con la máscara no veía muy bien).

Os proponemos un ejercicio de rememoración, o de imaginación, si no estuvisteis allí. Abrían la marcha los guardias, y entre ellos, el monje, médico por las circunstancias (muchos doctores huían de las ciudades donde llegaba la peste) con su máscara como única protección, siniestro heraldo de la muerte, acompañado por el tañer del cencerro de una enlutada monja. Por detrás, los flagelantes disciplinándose, algunos de ellos ya apestados, advirtiendo a la gente que los pecados del alma tenían su reflejo en la carne, pidiendo clemencia, llorando su desventura, intentando agarrar a los sorprendidos lugareños en busca de compasión, pero también para recordarles que la muerte nos llega a todos. Por detrás, después de los soldados que protegían a las gentes del común, unas mujeres, beatas con el paternóster en la mano, rezaban al unísono el padrenuestro y el ave maría, creando una atmósfera irreal, trasportándonos a otra época, y a la plegaria desconsolada de unas gentes que no terminaron de entender el por qué de aquella epidemia y mortandad tan espantosa, atribuyéndola al castigo divino.



A nuestro regreso al campamento, donde todas estas actividades de recreación civil, militar y artesana tuvieron lugar, nos topamos con otra sorpresa mayúscula. Nuestro compañero Joaquín, del grupo Conca, había decidido venir a Montiel, no de guerrero, como solía, sino como un humilde pordiosero, con una vestimenta muy conseguida. Pero eso no era todo. Joaquín recreó a la perfección su papel, lo vivió y lo representó hasta sus últimas consecuencias: se tiraba al suelo y reclamaba agua y comida con voz lastimera, no dejaba que nadie le viera el rostro, aceptaba la caridad con un silencio turbador, dejaba rastros de sangre falsa allí donde iba, y como buen pedigüeño español, no exento de picaresca, atesoraba todo lo que le daban. Una grandísima intepretación, que nos dejó sin aliento, y que produjo pesadillas a algún niño de esta pequeña localidad castellana.



Por la noche, un desfile de antorchas precedió al sepelio del rey Pedro, un acto organizado por el propio pueblo en el que tuvimos el privilegio de participar. Nuestra hermana Etelvina cantó en el entierro real, para gran agrado y sorpresa de todos los asistentes, y el fraile hizo el responso del monarca, con un pequeño sermón que finalizó con la inmemorial frase: El rey ha muerto. ¡Viva el rey! Y así fue. A rey muerto, rey puesto.

Terminamos el día con conversaciones a la luz del fuego, y una gran compenetración entre los grupos. Algo estaba cambiando, y nos ibamos haciendo conscientes de ello. A la mañana siguiente, con renovada energía e ilusión, hicimos una misa de campaña, antes de marchar hacia la batalla. De nuevo, el acto fue bien acogido, y gozamos de una gran asistencia de los recreadores, que participaron activamente en la homilía, una misa diferente, divertida, desenfadada, donde todos reimos y nos lo pasamos bien: la voz de pito del monaguillo, los sermones diferentes, hechos para los soldados, que llamaban a algo más que la caridad y el amor, los cánticos espotáneos y las risas, que impregnaron todo el evento.

Marchamos luego, como solemos, equipados para acompañar a los soldados durante la larga marcha hasta la batalla. A las faldas del monolito erigido en honor a la muerte de Pedro I, bendecimos al bando enriquista, ganador de la jornada, y aún tuvimos tiempo para dar la extrema unción a los muertos en el campo de batalla, y cuidar de los heridos (que Joaquín saqueó en un nuevo ejercicio de recreación fiel a su personaje). Reunidos todos después del combate, regresamos al campamento y comenzamos a despedirnos.



Pero mientras regresabamos a nuestros hogares, tanto nosotros como los otros grupos asistentes, tuvieron una misma sensación. Algo había cambiado. Algo que a todos había gustado. Como habíamos promovido en 14-M, y discutido semanas atrás, la recreación civil y los actos alternativos, complementaron a los combates y batallas, y aún se impusieron sobre estos, con gran agrado por parte de todos los recreadores, que disfrutaron de un fin de semana mágico, especial e inolvidable. Y, aunque notable, en este caso, la batalla fue de lo de menos.

Desde S.A Unusual Reenactment os damos las gracias por haber hecho posible algo que hasta hace poco era tan solo un sueño.