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martes, 28 de agosto de 2012

Exequias de Eximen de Foces, 2012

Hace meses, nuestros amigos de Feudorum Domini nos comentaron una idea que estaba rondando su cabeza: hacer, por primera vez en la recreación medieval española, un evento de carácter eminentemente civil. Como no podía ser de otra manera, nos adherimos al proyecto casi de inmediato. Un intenso trabajo de documentación se estaba desarrollando paralelamente.

El objetivo era recrear la muerte y las exequias de un importante ricohombre y señor feudal del Aragón del siglo XIII, Éximen de Foces, en la Iglesia de San Miguel de Foces (Ibieca), una joya de finales del románico, y el lugar donde reposan los restos de esta importante familia. El marco era, pues, incomparable, habida cuenta de la restauración acometida entre 2003 y 2005, y que rescató las impresionantes pinturas de las naves laterales donde se hallan los sepulcros de la familia de Foces.

Objetivo: Preparar las exequias


Durante esos meses, el trabajo de Feudorum Domini se multiplicó. Fue necesario documentar y crear un sinfín de aspectos materiales e inmateriales: se construyó el catafalco de Éximen de Foces, la cruz procesional réplica de las conservadas en museos españoles, una cruz para el altar (así como diversos objetos para el mismo), vestimentas litúrgicas para quienes iban a oficiar, conseguir caballos, así como perros de caza, diseñar y construir escudos para el cortejo fúnebre, etc... S.A ofreció su trabajo previo en materia de investigación de sacramentos y liturgias preconciliares que se emplearían en las diferentes ceremonias durante las exequias, y además planteó una serie de teatralizaciones y cápsulas "ex profeso", como el prendimiento de un ladrón o la extremaunción de Éximen de Foces, que no estaba en principio incluida en el programa.

Trabajamos enviando resúmenes, dossieres y material de ayuda para los participantes en estos actos del programa, y ayudamos a los miembros de Feudorum a documentar el más diverso material, y actos a realizar durante las exequias. Ahorramos dinero, y preparamos gigantescas maletas, recorriendo más de 800 km en 10 horas de viaje hasta tierras de Aragón, luego de Huesca. Todo estaba preparado cuando llegamos al entorno de la iglesia de San Miguel.

Testamento de Éximen de Foces realizado por Enrique Villuendas

Nuevos y viejos amigos


Antes de proseguir con el relato de esta sinpar recreación, nos gustaría dar las gracias y muy especialmente a los miembros de Feudorum Domini, el grupo organizador. No teníamos el placer más que de conocernos por internet, aunque a algunos de sus miembros ya les considerábamos amigos con todas las de la ley. Hemos de decir que su acogida cálida y atenta nos tocó el alma. Tuvimos el placer de conocer en persona a gente tan encantadora como Carlos y su mujer, Amparo y el incombustible Mariano (uno de los motores de esta recreación), que demostraron una vez más que se puede ser un excelente recreador, en muchísimos aspectos, y a la vez ser gente cercana, simpática y dispuesta siempre a ayudar y a hacer que nuestra experiencia fuera cómoda y agradable.

Este grupo, cuyo nombre definió nuestro gran amigo Enrique "los señores de los fueros", nos ha tocado el corazón, y los sentimos ahora más que nunca como nuestros hermanos. ¿Que decir? Tan solo, quedaros con este dato: nunca en mi vida había visto a un grupo de recreación recoger las tiendas del campamento mientras cantan al unísono una alegre canción. Feudorum es así: no solo llevan a la recreación medieval a un altísimo estándar de calidad, sino que disfrutan con ella con una ilusión casi infantil. Una ilusión con la que nos sentimos identificados.


Primer día -Viernes- 


Tras un viaje de 10 horas (11 horas en algún caso) y ser amablemente acogidos por Enrique en su casa, donde hallemos descanso, partimos al municipio oscense de Ibieca por la mañana, donde llegamos en un campamento que estaba en plena construcción. Para nuestra sorpresa uno de los grupos asistentes, Casus Bellic, estaba construyendo una cabaña con materiales del lugar, usando tan solo herramientas de la época. Con ánimo jovial, estos compañeros catalanes construyeron algo increible, con troncos, ramas, piedras, cañas y cubiertas de hoja, para lo que trabajaron sin descanso durante todo el día, y hasta el siguiente. El resultado no podía ser más impresionante, y a la vez austero.
La cabaña

Tras comer y bañarnos en la piscina local, donde tanto Enrique como David se tonsuraron, nos pusimos nuestras vestimentas y comenzamos a interpretar a nuestros personajes. Habéis leido bien: interpretar. Durante el fin de semana, pudimos gozar de este living history en los momentos más insospechados: los siervos comieron en el suelo y respondían a las llamadas del nuevo señor, Atho de Foces, la barragana cortejaba a los hombres y los atraía a su tienda, donde el benedictino elaboró una "lista de precios" de sus servicios que estaba expuesta en la puerta. Hubo conversaciones entre caballeros y campesinos, entre frailes y señores, sobre las más diversas áreas, donde se pusieron de manifiesto los vastos conocimientos de los recreadores que habían asistido superando estrictos criterios de calidad que iban más allá de lo puramente material. Aún se fraguaron duelos y pendencias, que quedaron sin embargo en suspenso hasta el último día. La sensación, sin embargo, fue extraordinaria, tanto para nosotros como para los visitantes: podías ver al monje escribiendo en su cubículo, al señor paseando y recibiendo a las embajadas de Castilla y las órdenes militares... Todo era interactivo, y la historia podía palparse. Una historia que, además, te hablaba.

Extremaunción del señor de Foces
Con la ayuda de recreadores como Roger de Outremer o Richard Bradley, partimos en la procesión del Viático hasta el campamento, al sonido de la campanilla y los gregorianos, sosteniendo el cáliz con la sagrada forma al paso del cual los recreadores se arrollidaban y enmudecían. La mujer de Éximen recibió a fray Ordoño en la puerta de su tienda, iluminada por las velas. Ella misma sostenía su cirio bautismal. Se arrodilló, respondiendo al sacerdote, al que dió permiso para entrar. El enfermo Éximen, tendido sobre el camastro, besó la cruz procesional, y se derramó sobre él y los presentes el agua bendecida del asperges antes de comenzar con el rito. Pidió luego el moribundo confesión, y al toque de la campanilla abandonó el resto la tienda. Arrodillado junto a él, Ordoño escuchó sus pecados, donde los asuntos de faldas e hijos ilegítimos torturaban su alma cristiana.

Recibió entonces la absolución, y llamados los de afuera, que se arrodillaron ante el sacramento expuesto en la mesa, se comenzó a ungir el oleo de enfermos en su frente, ojos, oreja, boca, nariz, manos y pies, con la acostumbrada fórmula. Se rogó a Dios por su curación, y el fraile se lavó las manos, saliendo de la tienda para destruir el material santificado. Dos jóvenes siervos cavaron un pequeño hoyo con sus palas, donde se enterró el pan, el agua, los paños y el óleo que se había utilizado. Mientras, Éximen rectificó su testamento en presencia de su secretario de cartas latinas, Enrique de Zaragoza, aumentando la cuantía de sus donaciones. Llamó a su familia, y dando unos últimos consejos, dió su alma a Dios. La triste noticia se dió a los presentes y una vela, la suya, se apagó, como símbolo del tránsito de su alma al más allá.

Cenamos luego, interpretando intensamente a nuestros personajes. El sargento Gudal fue sorprendido disfrutando de los servicios de la barragana, sin haberlos pagado, asunto por el cual tuvo que mediar su señor. Y con una gran euforia, fuimos a dormir. Lo mejor, sin duda, estaba todavía por llegar.


Segundo día -Sábado-


El día comenzó de forma intensa en lo que se refiere al living history, retomando donde se había dejado el día anterior: el capellán hospitalario practicaba los rezos en la capilla de campaña, mientras el ladrón corría perseguido por la guardia de Assalit de Gudal, que le dió caza, poniéndole en el cepo. Allí, los presentes se cebaron con él, tirándole lechugas y otras inmundicias. En las mesas, dos hombres de armas discutieron por asuntos de juego, dinero y mujeres púbicas, acudiendo el señor Atho a poner paz a la disputa. Se produjo luego la presentación de los respetos al nuevo señor y su madre, la viuda, por parte de familias nobles como los Montcada, caballeros de Santiago, sargentos y encomenderos del temple, el embajador del rey de Castilla y su séquito, así como personas particulares, entre las que se contaron los propios siervos del señor.

Los siervos presentan sus condolencias al señor Atho de Foces

Tras la comida, se prepararon los que fueron actos principales de la tarde y la noche: el cortejo fúnebre y las exequias del finado Éximen. Reunidos en Ibieca, los recreadores acudieron hasta la casona donde se custodiaba el catafalco, que fue sacado a hombros a la calle. Allí, el sargento Gudal preguntó: "Hace diez días que busco a mi señor Éximen de Foces, y no lo hallo". Su hijo, posando la mano sobre el ataud, dijo "Está muerto, helo aquí". Estalló el llanto de las plañideras, el sonido de los cuernos de caza, y el ladrido de los perros. Con la cruz procesional y los cirios delante, se abrió la comitiva que recorrió casi 2 kilómetros por el pueblo y el campo. Detrás, tres clérigos, uno de ellos cantando en gregoriano, y acompañado puntualmente por quienes le flanqueaban. Luego venían los miembros de las órdenes militares, dos caballos, el del hijo (sobre el que iba un caballero fuertemente armado) y el del difunto, vacio, de cuyas riendas tiraba su enlutada viuda. El féretro, acompañado por los escudos del señor, vueltos del revés, recorria los campos a la luz del atardecer, enmarcado por el sonido del llanto de perros y plañideras que venían detrás, cerrando la marcha junto a cientos de visitantes y curiosos. El largo y pedregoso camino puso a prueba nuestras fuerzas, y al fin, llegamos a la puerta de la iglesia de San Miguel. Allí, los guardias dieron tres vueltas al féretro con los escudos del señor, y luego los rompieron contra el suelo.

Parte del cortejo fúnebre

Entramos a la iglesia, tan solo iluminada por las velas. Los recreadores se dividieron en hombres (a la derecha) y mujeres (a la izquierda) de pie, tal y como se puede ver en las cantigas. Los tres oficiantes, Enrique, Richard y David, que era el sacerdote, se prepararon para el rito de despedida del muerto. Tras los latines, siguieron los gregorianos, que resonaron cavernosos en la maravillosa acústica del lugar. El público presente disfrutó de una atmósfera casi eterea, por el humo del incienso y las velas y el silencio solo roto por las plegarias que entonaron a decenas de gargantas. El señor de Foces encontró así su descanso eterno.

La emoción se palpaba entre los recreadores, y podíamos sentir que habíamos hecho algo grande, diferente. Muchos fueron los comentarios en tal sentido. Tres voces cantaron en el altar, de motu propio, el mismo gregoriano: Guacimar, Richard y Noemí. Al final, los tres, y luego los cuatro, nos abrazamos con lágrimas en los ojos. Cansados por la larga caminata, cenamos a la luz de la luna y las velas bajo los toldos del campamento, acompañados por la música. Satisfechos, cerró así el día grande de la recreación, y dió paso el siguiente.

Oficiando el rito de despedida del difunto


Tercer día -Domingo-


El domingo, como acostumbra, fue el día de despedida y cierre, con actos hasta la hora de comer. El primero de estos fue el bautismo de una criada musulmana, bajo la sombra de la iglesia de San Miguel, oficiado por David junto a Enrique Villuendas y Richard Bradley. Una vela se había apagado, y una nueva se había encendido. Un alma por otra nueva.

Bautizo de Zuleyma Bakr como María de Foces
Se desarrollaron luego las justas. Estas fueron, sin embargo, diferentes a las que hemos visto que se suelen realizar. Presididas por un estrado donde se hallaban el nuevo señor de Foces y su esposa, en ella pudimos ver episodios de gran teatralidad, desarrollo de diálogos y personajes y aún explicaciones para el público sobre la finalidad del torneo, sus reglas y su justificación histórica. El sargento Saguardia se alzó con el triunfo en la palestra, portando los colores de la casa de Foces. Su premio fue una caja conteniendo un fragmento del Lignum Crucis, traido por los antepasados del señor Atho. No contento con este triunfo, aprovechó para resolver, según las leyes del cartel de desafío, su rencilla con Assalit de Gudal, sargento de armas de la casa de Foces, al que dió muerte en brava lid.

De esta manera, acabaron oficialmente las exequias del muy alto señor Éximen de Foces. Volvimos del año 1262 a 2012.


Un nuevo horizonte recreador


Las exequias de San Miguel de Foces no han sido el primer evento donde la recreación civil, las teatralizaciones, la representación del personaje o el living history se han desarrollado. Es cierto. Sin embargo, si ha sido el primer evento en el que se han incluído sistemáticamente estos conceptos como parte consustancial de la propia recreación. Además, ha sido el primer evento de recreación medieval, al menos hasta la fecha, cuyos actos principales no han sido batallas ni combates. La recreación civil y religiosa ha tenido en este evento una importancia capital.

Richard Bradley rezando en el altar de campaña

Y no solo eso, sino que este concepto ha encandilado a cuantos han asistido, brindándoles una sensación muy especial. Muchos de nosotros entramos en este mundo, el de la recreación, para "vivir la historia". Y en San Miguel de Foces, nos levantamos en el siglo XIII, para vivir en él, para representarlo, amarlo y divulgarlo. Más allá del material, que fue mucho y muy bueno, y más allá de los propios actos del programa, triunfó la recreación, con mayúsculas.

Se ha abierto una nueva senda, un horizonte, que creíamos posible desde un principio, pero que hasta ahora no se había practicado a este nivel. Es un camino largo y duro. Pero como hemos visto, uno muy satisfactorio y emocionante. Nosotros estuvimos allí, aportando nuestro granito de arena en todo lo pudimos. Disfrutando con lo que mejor sabemos hacer. A todos los que estuvísteis allí, gracias. Y a los que no pudísteis estar, tranquilos. Esto es solo el comienzo. Podréis disfrutar de más recreaciones como esta en lo sucesivo. O esa, al menos, es nuestra intención.

Fotos: Luis Sorando, Ruben Blanes y Enrique Villuendas

lunes, 16 de julio de 2012

800 aniversario y recreación de las Navas de Tolosa

Junto a nuestros compañeros de Battle Honnours, hemos viajado por segundo año consecutivo a la pedanía jiennense de Navas de Tolosa, en cuyos campos se ha recreado el octavo centenario de la batalla que decidió el destino de España en la Edad Media. Nada más llegar, la diferencia con el año pasado se hizo patente. De un campamento con un solo "corredor", compuesto por unos 70 recreadores, más algunos que solo participaron en la batalla, se ha pasado a un campamento con tres corredores, casi cuatro, con decenas de tiendas, y donde han convivido más de 300 recreadores.

De la gran cantidad de grupos que han acudido, más de 30, destacaba la diversidad de material, vestimenta y equipamiento. Se impusieron unos mínimos que fueron respetados, en su mayor parte, y se vió una franca intención por mejorar en su equipo a grupos que están creciendo, intención que les honra y mejorará el panorama recreador español.



La convivencia, como suele en estos casos, fue genial. La organización, a cargo de Battle Honnours, atenta a resolver los problemas que podían surgir, y proporcionando cosas básicas como el agua fresca o la comida a quien la pedía, para lo cual estuvieron trabajando todo el día.

El sábado comenzó con un desfile, y posteriormente con un torneo de arqueros y esgrima (de espada y escudo), mientras preparábamos las actividades de recreación civil, que han sido bien acogidas, e incluso demandadas. Y aunque no pudimos hacer todo lo que teníamos propuesto y pensado (la misa se quedó en el tintero), tanto los discursos de los líderes (que nos pusieron los pelos de punta) como el juicio de Dios de la noche (hecho a viento y marea por la voluntad y tesón de unos recreadores ya extenuados a esa hora) agradaron y dieron un toque diferente. También aprovechamos para pasearnos por el campamento, aunque no tanto como quisiéramos, sugiriendo composiciones fotográficas, cápsulas y teatralizaciones.

Destacó la batalla del sábado. Acertada la hora del día, más fresca, y todavía con luz, la larga marchad el ejército cristiano bajo los cantos de Richard Bradley, a quien damos un pequeño homenaje por su trabajo, fue impresionante: rodeados por la naturaleza, el olivar, y la loma, se hizo dura, pero tuvo recompensa. Organizadas las tropas para el ataque, bendecimos como es usual, y cuidamos de los heridos y moribundos dando reposo a sus almas. El choque de más de 300 recreadores, una cifra muy alta para un evento de recreación medieval hispana, fue épico, y vivimos escenas que no pueden describirse con palabras. Cada grupo brilló con luz e iniciativa propia, y aún tuvieron que ganarse los galones derrotando a los imesebelen, unos senegaleses contratados por la organización que demostraron ser una gente simpática, alegre y con ganas de aportar. Al final, el palenque cayó, y los reyes volvieron a hacer los discursos, escritos por David Nievas, y se rezó el Te Deum. Después asistimos a la corte del rey de Castilla, organizada por Conca, donde perdimos el aliento en un ejercicio impresionante de "living history" al que aplaudimos, y en el que participamos con nuestro granito de arena. A la noche, y antes de cenar, se hizo el desfile de antorchas y el juicio de Dios.

  

El domingo, aunque con deserciones, volvió a hacerse la batalla, esta vez con más mortandad en el bando cristiano. Y con la sensación de que habíamos vivido una recreación memorable, regresamos a Granada. Navas de Tolosa 2012 no fue, quizá, y por el calor, una recreación redonda. Pero si que sirvió, a nuestro entender, para estrechar lazos con grupos de lo ancho y largo de la Península, e incluso del extranjero. Y también fue, sin duda alguna, una recreación que nos brindó una gran sensación de euforia, y momentos inolvidables. A todos los grupos que participaron, muchas gracias. Especialmente a nuestros compañeros y amigos de Battle Honnours, que cargaron con el peso de la organización. Nos vemos el año que viene, si Dios quiere.


La batalla, a través de los ojos del fraile

Crónica de una batalla

El franciscano reza delante del altar, mientras los últimos granos de incienso arden, impregnando el ambiente con un humo traslúcido, étereo, casi místico. "Summe gloriose Deus..." comienza a rezar en latín "ilumina las tinieblas de mi corazón, y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para hacer tu santo y verdadero mandato". Los ruidos fuera de la tienda se intensifican: armas, caballos, hombres y arreos. Tras santiguarse, se levanta, tomando el crucifijo de San Damián, una copia en peltre del cristo de su orden, ciñéndose la talega donde carga el pan con tasajo, el santo óleo y la estola funeraria, colgándose la cantimplora de cerámica, llena de agua.



Tomando la vara, se pone el sombrero de paja, y sale al exterior, donde el arzobispo de Toledo, en lo alto de una palestra, arenga a las tropas con estas palabras: "Hermanos en Cristo. Nuestros padres tuvieron que soportar la ignominia de la derrota. Nuestros abuelos, derrotados por Almanzor, rendían tributo a Córdoba. Y nuestros más antiguos antepasados, humillados por Tariq, murieron en torno al rey don Rodrigo. Más entonces, un hombre se alzó en Asturias, un hombre al que los musulmanes recuerdan con desprecio, y nosotros como a nuestro padre y fundador.

Su Santidad, el Papa, ha convocado esta cruzada, porque está en juego decidir si esta jornada será un nuevo Guadalete, o una victoria de la fe, comparable a la de Constantino en el Puente Milvio. Y como él, y como el rey don Pelayo, cuando vuestras fuerzas flaqueen, mirad vuestras banderas, vuestras vestas y espadas. En ellas, hay un símbolo que a todos nos iguala: la cruz. Y como el rey don Pelayo, cargando desesperadamente en las laderas de Asturias, recordad las palabras: “In hoc signo vinces”. Con este signo, venceréis."



La marcha a través de los pasos es larga. Las piedras son duras, y se clavan en la suela de sus abarcas. El sol, inclemente, castiga a los soldados, que reclaman a voces a los aguadores. La larga serpiente de hombres marcha por el campo de Jaén: milicias concejiles, caballeros pobres pero honrosos, las silenciosas y disciplinadas órdenes militares, con las que marcha el franciscano, los caballeros y peones del rey de Castilla, los barones y almogávares del de Aragón, el gigante de Navarra, el rey Sancho, con sus buenos jinetes. Cierran la marcha los voluntarios, aquellos llegados de Portugal, y de más allá de los pirineos. El silencio es roto por el canto del capellán templario.

Los cardos se pegan a las túnicas, tirando de ellas, amenzando con desgarrarlas. Algunos hombres caen en los repechos, extenuados, y otros les ayudan a levantarse, dándoles agua. Al final, el campamento almohade se hace visible, y la marea musulmana comienza a rezar. Les oímos en la distancia, y el corazón se encoje. García, caballero de santiago, escupe al suelo. "Carantamaula", dice. Espantajo para niños. Su órden fue diezmada en Alarcos, cuando él era un niño, un escudero al servicio de un caballero. Tiene motivos para odiar al enemigo, pues perdió a muchos amigos aquel día, y a su mentor, casi un padre para él. A la orden del maestre, se reemprende la marcha, y cada vez estamos más cerca.

Podemos ver a Al-Nasir, sentado en el palenque, rodeado por su fiera guardia de negros imesebelen, fieros senegaleses que se han encandenado al palenque jurando que no retrocederán. Voluntarios de todo el Islam están allí, junto a los rehacios andalusíes. Un esplendor de lanzas, y el refulgir de sus cascos sobre los turbantes. Nos increpan.



El rey Alfonso se levanta sobre su caballo, y da la señal. El ejército forma, con las milicias al frente, y el avance comienza, ahora abrigados bajo los escudos. Los arqueros turcos disparan sobre nosotros, y los freires se agachan formando una barrera con sus escudos, mientras los concejos, con Lope de Haro a la cabeza, avanzan con valentía. Al cabo, las flechas dan un respiro. Gómez Ramírez mira al franciscano, y se mesa la barba. "Pater, bendecid a los hombres", dice, escueto. Fray Ordoño traga saliva, y se adelanta. Las flechas caen, pero no dan a nadie. Templarios, santiaguistas, calatravos y freires de Trujillo se arrodillan, mirándole. "Salmo. Él hace que las guerras cesen en todo el mundo. El rompe el arco y parte la lanza en dos. Será exaltado entre los gentiles, será glorificado sobre la faz de la tierra. El señor de los ejércitos, está con nosotros", mira sus ojos, sus ojos que le miran, entre fieros y respetuosos. Se da cuenta entonces de que, a pesar de todo, le admiran. Él no lleva una cota de mallas, y puede comer directamente el cuerpo y la sangre de Cristo, oficiando el misterio de la consagración.



Se acerca entonces a uno de ellos, un sargento con la veste negra. "¿Como os llamáis?", pregunta. "Saguardia", responde. Desenvaina entonces su espada, y cogiéndola por la hoja, la alza mostrándola. "¡Mirad!", exclama, señalando los arriaces. "Este es el símbolo de nuestra fé. Todos empuñaréis uno, o vestiréis uno. Cristo murió, no solo por nuestros pecados, sino para hacernos hombres libres. Allí, nos aguardan los esclavos del califa. Ellos solo quieren sojuzgarnos, convertirnos en sus siervos. ¿Váis a permitirlo?" Como un clamor, los hombres alzan sus puños y dicen "¡No!". El maestre sonríe. La bendición termina con la señal de la cruz. Los hombres se levantan, las milicias parecen tener problemas. Rodeadas, algunos se dan a la fuga. El rey de Castilla ordena al maestre que avancen, y vuelven a caer las flechas. Serrano, un caballero calatravo, pasa junto a Ordoño. "Páter, a mi izquierda", le dice. Sus escudos le sirven de abrigo en el avance, aunque una flecha roza su pierna. Los moros bajan por la ladera, cargando, y chocan contra sus escudos. La lanza y la espada les recibe, presta a hundirse en carne. El combate se prolonga por horas.

"¡Que no se rompa la línea!" dice el sargento Saguardia, con una brecha sobre la ceja. Un andalusí yace muerto bajo sus pies. Gil, otro sargento templario, remata a un beréber con un tajo en la garganta. Suda bajo el capacete y el almofar. "Agua, padre", reclama un freire de Trujillo. Ramírez está herido, pero no muerto. El maestre mira hacia atrás, donde está el rey de Castilla, y el arzobispo de Toledo, con las tropas de reserva. Aguarda una orden. Pero para el temple, es preferible morir allí a retroceder. Aquello no podía ser un nuevo Alarcos.


El rey de Navarra quiere combatir, y mira nerviosamente hacia Pedro, su homólogo aragonés. Este se mantiene impasible bajo el sol. "Hay que cargar, ¿A que están esperando?" musita. Alfonso VIII aguarda un poco más, cuando todos los enemigos han rodeado a las órdenes, y a lo que queda de las milicias. Se gira al arzobispo, vestido de rojo y negro sobre la cota, con la mitra sobre el almofar, y la maza al cinto. Como eclesiástico, no puede derramar sangre, así que la maza es una sutileza para sortear este contratiempo. Los dos han dedicado gran parte de sus vidas a ese momento, y son conscientes de su importancia. "Señor arzobispo", le dice con su ademán regio, casi sin pestañear. "Vos y yo, hoy aquí morimos". Acebedo, caballero del Duero, mira al rey, y aguarda la señal. Este se gira y asiente, y el alférez agita la bandera convenida. "Al fin", dice Sancho, embrazando la lanza. Los tres reyes, y sus reservas, se lanzan al combate con fiereza. Es como si un martillo golpeara una dura piedra. Gritos, apellidos, lamentos, toques de cuerno. Los hombres caen, pero el ánimo no flaquea. La batalla dura horas, y el atardecer va abriéndose paso. Los almogávares deguellan sin piedad y los navarros dan golpes de maza. Serra, el caballero portugués, mira a Duarte, su escudero, que le pasa una petaca de cuero, llena de agua. Ramos, uno de sus hombres, mata a un moro que pretendía herir a su señor. "Tem que tomar nesse palenque maldito", dice. 



Roger de Outremer, un ultramontano, está moribundo. Pide agua al fraile, y este mira su herida. Ambos comprenden que no le falta mucho, así que Ordoño saca su esenciero, cargado de aceite, y le aplica en el rostro y la herida. "Per isctam sanctam unctionem..." dice, dándole la extrema unción. "Confesión...", musita el ultramontano, con sorprendente acento castellano. Se pone en paz con Dios. Al parecer, deja esposa, y dos hijos. Entonces recuerda que redactó su testamento semanas antes, en Toledo. 

El ejército cristiano presiona hacia el palenque, y los imesebelen atacan. Son fieros, y no tienen miedo a la muerte. Sus lanzas entran en carne como una cuchilla, y el muro de sus cuerpos de ébano parece irrompible. El califa, nervioso, mira su caballo. "Tal vez..." piensa. "Tal vez deba huír". Miquel, el almogávar, da un golpe de custel sobre la cabeza del imesebelen. Resuena un insulto en lemosino, del caballero Desbosc, mientras se lleva la mano al costado, devolviendo la lanzada recibida. "¡Veste a pastar fang, fill de puta!".


El rey Sancho se abre paso a golpes de maza, sobre su caballo. "¡Romped esas malditas cadenas!" Un imesebelen mata a su caballo, y él cae sobre él, casi aplastándole. Al alzarse, crea un hueco alrededor de sí, a golpes de maza. El último, rompe la gruesa cadena. Los navarros entran como un torbellino, y detrás de ellos, el resto del ejército. Ahora si, Al-Nasir huye, defendido por su retaguardia, a la que se masacra sin piedad. El palenque cae, y el rey de Aragón agita el pendón capturado. Tras la persecución, las tropas se reagrupan. Cansado de dar extremaunciones, Ordoño se acerca al palenque, donde el rey Alfonso, ya con manto y corona, se dirige a sus hombres con estas palabras: "¡Hombres de mis milicias! ¡Barones de Aragón! ¡Peones de Navarra! ¡Caballeros del Languedoc! ¡Soldados de las Ordenes Militares! Hemos recorrido un largo camino desde la derrota de los campos de Alarcos. Allí, nuestras banderas besaron el suelo, y nuestra sangre regó los campos. Los almohades, enseñoreados, habían jurado abrevar sus caballos en las orillas del Tíber, y usar el Vaticano como cuadra para sus caballos. Pero ese poderío, termina hoy.

Hoy, con vuestra sangre, con vuestro sacrificio, con vuestro valor, habéis conseguido la mayor de las victorias que los tiempos recuerdan. Ahora, mirad hacia el horizonte, y ved, como yo veo, una nueva tierra. Al-Ándalus toca a su fin, y surgirá de ella algo nuevo, más fuerte incluso que el imperio al que hemos derrotado hoy: una nueva Castilla, una nueva Hispania, unida tras muchos siglos. Esa es la senda que se abre. Recorrámosla
". 





El arzobispo habla luego, y dice que debemos dar gracias a Dios. Por eso, Ordoño se arrodilla, y comienza a cantar el "Te Deum". Bradley, el capellán templario se le suma. Luego, es el ejército entero. Anochece en las Navas de Tolosa, cuando el eco de sus voces resuena por el campo de batalla sembrado por miles de cadáveres. Victoria.

miércoles, 27 de junio de 2012

Fray Ordoño de Liébana

Datos generales

Tipo de personaje: principal.
Datación: siglo XIII (adaptable a XIV)
Semblanza: fraile franciscano de la rama observante, sacerdote y buldero.

Ejemplos de teatralización: misa, sepelio de difuntos, juicio eclesiástico, procesiones y rogativas, "batalla de sermones", administración de sacramentos (misas, matrimonios, entierros, extremas unciones...)
Ejemplos de cápsulas: oraciones individuales y colectivas, bendiciones ante de la batalla, cuidado de heridos y extrema unción durante el combate, venta de bulas e indulgencias, confesiones, redacción de testamentos, lectura de clásicos, debates teológicos...

Personalidad

Un hombre jovial y de firmes convicciones religiosas, que chocan al mismo tiempo con el pragmatismo del que hace gala, y que le lleva a no tener una vida demasiado ejemplar. Sin embargo, siempre está dispuesto a dejar de lado el pecado cuando la ocasión lo merece. El problema, es que la ocasión casi nunca lo merece. A pesar de todo, se toma en serio su voto de pobreza, ya que no hace gala ni ostentación de riquezas, y el dinero que obtiene, lo da a Genara, a los pobres o a su barriga... que también está, vive Dios, necesitada.

Historia de personaje (arquetípica)

Ordoño nace en el año 1184 en Potes, localidad del reino de León y antiguo pueblo del reino de Asturias. Criado en las estribaciones del Deva, su padre era un molinero local, que poseía un alambique de orujo. Siendo el menor de seis hermanos, sirvió como monaguillo del párroco local y cuando este murió viajó hasta León acompañado de su tío, un sacerdote de distinguida parola en el púlpito, que le instó a ingresar en la escuela catedralicia al comprobar que se le daban bien las letras y los latines.

Allí cursó estudios de teología, donde destacó por su interpretación de las sagradas escrituras desde una óptica más cercana al mundo que le había tocado vivir. Dada su falta de dinero, se desempeñó como goliardo y escribano a sueldo para ganarse el pan. No obstante, su ansia por conocer el mundo y llegar a la pureza mediante la imitación de Cristo le hicieron apartarse de la escuela, sin obtener el título de téologo. Atraído por el renombre de Francisco de Asís, buscó a su comunidad en Italia, y tras convivir con el santo y sus discípulos, recibió el hábito de la Órden Tercera. En principio su destino iba a ser la rama conventual, pero el prior de la nueva fundación en Lodi estaba en franco desacuerdo con sus interpretaciones de las escrituras, y su idealismo recalcitrante, por lo que optó por la rama observante, alejándose de los cenobios.


Algo desencatado por aquella experiencia, pensó que lo mejor era "llevar la fé" allí donde más se necesitaba. Atraído por la idea de cruzada, viajó con unos nobles franceses a Bizancio, donde ante el comportamiento sanguinario y codicioso de los que debían ser "defensores de la cruz" se comenzó a plantear su fe de modo más pragmático, y menos idealista. Curtido por estas experiencias, regresó a Italia desembarcando en el puerto de Messina, donde conoció a Genara della Crocce, una chica de burdel venida a menos a la que rescató de la calle. Ella "revolucionaría su vida", y se plantearon colaborar en términos de socios en un negocio. Y ese negocio era la guerra y las cruzadas que se declaraban por doquier. Ella vendería su persona, y el administraría estos bienes como su protector, ofreciendo además sus servicios como vendedor de bulas.

Así, viajaron al Languedoc francés con unos caballeros al servicio de Simón de Montfort, donde fueron testigos de la caída de Carcassonne y la derrota de los albigenses. Sin embargo, antes de la confrontación final en Muret, una nueva cruzada atrajo su atención: la de las Navas de Tolosa. En este punto, el obispo de Narbona, Arnaud Amalric, impresionado por su espiritualidad durante sus conversaciones, le había ordenado sacerdote para que le ayudara a dar los sacramentos a las tropas. Sintiendo una extraña llamada, dejaron la lucrativa campaña languedociana y marcharon hacia Castilla, donde se reunieron con el ejército cruzado en Toledo. A pesar de la deserción de la mayoría de los ultramontanos y la matanza en la judería, el obispo de Narbona siguió en la campaña y, con él, fray Ordoño y su barragana. Fueron testigos de la derrota almohade en las Navas de Tolosa, donde conoció al arzobispo de Toledo, Ximénez de Rada, que le prometió un convento de nueva fundación en Andalucía si se unía a su séquito.

En este momento, la historia de Fray Ordoño se vuelve un misterio. Hay quienes dicen que regresó al Languedoc para ver la derrota del rey de Aragón en Muret, y que viajó por otras partes del orbe cristiano. Y otros, afirman que aceptó la proposición del arzobispo, y tras avanzar con los ejércitos cristianos en Andalucía, terminó sus días como prior en un convento franciscano en la ciudad de Úbeda.

Vestimenta

Fray Ordoño viste un hábito franciscano temprano, basado en las series pictóricas y las representaciones más antiguas de la orden: las de Berlinghieri, Cimabue y Giotto (siglo XIII y principios del XIV). Sus complementos son sencillos, y propios de un campesino o un pastor: una talega para guardar sus cosas, una cruz de peltre, un sombrero de paja, unas abarcas de cuero o una vara para ayudarse a caminar. 


 

jueves, 5 de abril de 2012

¿Quiénes somos?

Detrás de nuestros personajes, nuestro material, nuestras teatralizaciones y, en suma, nuestro trabajo, se esconden personas de nuestro tiempo que trabajan e investigan desde el conocimiento pero también desde la ilusión, con un curriculum que avala la calidad de su trabajo. Pero, ¿Quien forma S.A: Unusual Reenactment?

David Nievas Muñoz

David Nievas es el presidente y uno de los socios fundadores de S.A. Es licenciado en Historia por la Universidad de Granada y está actualmente cursando un máster en historia moderna en este mismo centro. David posee una gran formación pedagógica, con numerosos cursos y certificados que avalan su capacidad para enseñar y divulgar sus grandes conocimientos. Investigador activo de la historia española y europea, ha estado presente en el panorama recreador español desde 2009.

David es un historiador especializado en la Edad Moderna, aunque sus conocimientos se extienden a las más diversas parcelas. Investiga incansablemente para dotar a S.A y todo su trabajo de una gran fidelidad histórica.

Curriculum académico:
  • Licenciado en Historia (2003-2008)
  • Redactor ocasional de revistas y foros de historia como "De la guerra", "Wargames: soldados y estrategia" o "El Gran Capitán" (2003-)
  • Ponente en la conferencia "El soldado de la Revolución Militar" en la Universidad Complutense de Madrid (2006)
  • Curso de formador de formadores (2008)
  • Certificado de Aptitud Pedagógica (2009)
  • Numerosos cursos oficiales de la Junta de Andalucía y la Universidad Pontificia de Comillas sobre pedagogía y enseñanza (2009-2010) 
  • Jornadas de acercamiento al Patrimonio Militar, Museo del Ejército de Toledo (2011)
  • Máster "La Monarquía Católica: el Siglo de Oro español y la Europa Barroca. Investigación en Historia Moderna" (2011-2012)
    • Trabajo fin de máster "La esgrima y el mundo de la espada en la España Moderna", calificado con la nota máxima.
Curriculum recreador:
  • Socio y asesor histórico de Ante Bellum (2010-2011)
  • Socio y colaborador ocasional de la asociación Battle Honnours (2009-)
  • Presidente y fundador de S.A: Unusual Reenactment (2012-)
  • Recreaciones a las que asistió:
    • Fiestas renacentistas de Úbeda (2009)
    • XI Fiesta medieval del Descubrimiento, Palos de la Frontera (2011)
    • 799º aniversario y recreación de la Batalla de las Navas de Tolosa (2011)
    • Jornadas medievales de Alcalá la Real (2011)
    • Puerta del Tiempo, Almansa (2011)
    • 1er encuentro recreacionista Belmonte siglo XV (2011)
    • Salir do Tempo, Salir, Loulé, Portugal (2011)
    • Festival de artes tradicionales Ars Olea, Castro del Río (2011)
    • Montiel Medieval (2012)
    • 800 aniversario y recreación de la Batalla de las Navas de Tolosa (2012)
    • Exequias de Éximen de Foces, Ibieca, Huesca (2012)

Noemí Toral Martínez

Noemí Toral es tesorera y uno de los socios fundadores de S.A. Una diseñadora e ilustradora de consumada experiencia en su ámbito, Noemí aporta a la asociación no solo numeroso material que ella misma fabrica según modelos históricos, sino que es una excelente documentalista y especialista en historia del arte y arte. Confecciona los trajes de S.A, y además realiza para la asociación innumerables trabajos: pintura, talla, diseño, decoración...

Pero Noemí también es académica e investigadora, con un enorme trabajo a sus espaldas y un currículum que la avala:

Curriculum académico:

  • Diplomada en Bellas Artes, Facultad Alonso Cano de la Universidad de Granada
  • Miembro del coro de la Universidad de Granada "Manuel de Falla" bajo la dirección de Mari Carmen Arroyo Maldonado y Javier Lara Lara (1995-2004)
  • Ciclo superior de Ilustración en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Granada (2009-2012)
  • Cursos de la Universidad Politécnica de Cartagena:
    • "Derecho y patrimonio histórico" (2003)
    • "La interpretación del Patrimonio" (2003)
    • "Gestión y difusión del patrimonio arqueológico" (2004) 
    • "Conservación y exposición del patrimonio arqueológico: los museos" (2005)
  • Prácticas en:
    • Empresa "ILEXSA" (2002)
    • Museo arqueológico municipal de Cartagena (2004-2005)
    • Restauración arqueológica del Teatro Romano de Cartagena, premio Europa Nostra al mejor proyecto de restauración (2010).

Experiencia laboral en el sector:
  • Diseño de vestuario para el grupo de teatro "Mira de Amezcua" (2000-2010)
  • Diseño e ilustración para la "Federación de tropas y legiones de las Fiestas de Cartagineses y Romanos", Cartagena (2003-)
  • Ilustración y diseño para la Compañía "Ditirambo teatro" (2004-2007)
  • Ayudante de restauración en "Zatimbuyar" (2006-2008)
  • Estilismo, recepciones teatralizadas y colaboraciones musicales con la compañía "Teatreves" (2007-2008)
  • Diseño de vestuario y aulas vivas para Ante Bellum (2010)
  • Estilismo e ilustración para la "Asociación Mentébere" (2011)
  • Vestuario histórico para la serie "La respuesta está en la historia" de la productora ADM, emitida en Canal Sur Televisión (2011-)

Curriculum recreador:
  • Fiestas de los Sodales, Fortuna, Murcia (2003)
  • Semana cultural de El Ejido (2004)
  • Recreación histórica en el festival "Natale di Roma", Roma (2005 y 2007)
  • "Poesía en los monumentos", Granada (2007)
  • Colaboraciones puntuales en las "Cenas romanas de Almedinilla"
  • Aulas de historia viva en Mollina, Málaga (2011)
  • 799º aniversario y recreación de la Batalla de las Navas de Tolosa (2011)
  • Jornadas medievales de Alcalá la Real (2011)
  • 1er encuentro recreacionista Belmonte siglo XV (2011)
  • Montiel Medieval (2012) 
  • 800 aniversario y recreación de la Batalla de las Navas de Tolosa (2012)
  • Exequias de Éximen de Foces, Ibieca, Huesca (2012)
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    Personajes y simulaciones

    Las cápsulas y las teatralizaciones son parte de un todo mucho más profundo. En S.A, creemos firmemente que un recreador no debe limitarse a "vestirse de", sino llegar realmente a "ser". Obviamente, esta disgresión se hace con conocimiento de que, realmente, somos personas del siglo XXI. Pero, la finalidad de esta toma de conciencia, de que estamos representando a un personaje de siglos atrás, hace que elevemos la sensación de inmersión histórica en un campamento, durante la realización de las mentadas cápsulas o teatralizaciones, o bien como parte del "living history" general en el campamento.

    Pero, ¿Qué es un personaje? Un personaje es, al igual que en el teatro, un perfil de personalidad que adoptamos sobre el nuestro de forma verosímil. Como tal, un personaje posee un trasfondo propio, una historia anterior y una determinada personalidad, que impregna sus actos durante la recreación. Las posibilidades para crear personajes son, ciertamente, infinitas. Pero en S.A procuramos que los personajes reflejen cierto arquetipo de la sociedad y tiempo que representamos, y que su conducta e historia refleje igualmente parte de estos aspectos sociales, especialmente los poco conocidos por el público.

    Un personaje se diseña para que resulte verosímil con el tiempo que le ha tocado vivir. Al contrario de lo que estamos acostumbrados a ver en series y películas, no se trata de representar superhombres, héroes o grandes excepciones a la regla imperante. Tenemos en cuenta todos los factores posibles a la hora de elaborar un perosonaje: la sociedad donde se inserta, las posibilidades de movilidad que esta ofrece, la verosimilitud de los desplazamientos... Existen, no obstante, varios tipos de personajes, en función de que sean recurrentes o no para nosotros, y, en consecuencia, del esfuerzo que hemos invertido para su creación.

    1. Personajes principales: los personajes principales son la niña de nuestros ojos. Hemos puesto un gran esfuerzo en la elaboración de sus historias, sus trajes, sus personalidades... Suelen ser personajes móviles, que en consecuencia pueden asistir a las más variadas recreaciones. Siempre seguimos trabajando para ampliar a nuestros personajes principales, tanto en lo material como en su trasfondo.
    2. Personajes secundarios: este tipo de personajes son empleados para complementar las necesidades de recreación de nuestros grupos amigos y de las recreaciones a las que asistimos. Se trata de personajes que igualmente poseen un trasfondo y un material, aunque este no se encuentra tan trabajado como en el caso de los personajes principales.
    3. Personajes coyunturales: a veces una determinada situación necesita de un personaje específico, creado ex profeso. Los personajes coyunturales son adaptaciones de personajes principales o secundarios, o bien personajes creados con elementos muy sencillos para diferenciarlos de otros, y que empleamos para suplir las necesidades concretas de una cápsula o una teatralización.
    Los personajes se redondean con las simulaciones. Los juegos de simulación son una herramienta pedagógica bien conocida y empleada por profesores y docentes. Se trata de "meterse en la piel de", "pensar como" y en último término "hablar y comportarse como". Es una forma más de divulgar la historia, y de hecho una de las más enriquecedoras, ya que detrás de ella se esconde un inmenso trabajo de documentación. No se trata de hablar de cualquier manera o de emplear el "vos" para todo. Se trata de acercar a la gente a la manera de pensar y hablar de los propios personajes, y en consecuencia, del tiempo histórico en el que viven, y al cual representan.

    S.A emplea los juegos de simulación y las simulaciones en las cápsulas y teatralizaciones, pero está preparada para llevarlas a cabo en el marco del desarrollo normal de las actividades de un campamento, de un aula viva, de una charla o una visita guiada. Las posibilidades son tantas como podamos imaginar.


    jueves, 29 de marzo de 2012

    Nuestro aporte a tu campamento

    S.A aporta algo diferente a un campamento de recreación al uso. Dado que los roles normalmente representados son militares, o, en todo caso, artesanos, proponemos complementarlos con otros que les aporten la dimensión adecuada. ¿Como se expresa la grandeza de un noble si no es con la comparación con su propio pueblo? ¿Y su vileza o magnificencia? ¿Como se aporta la dimensión religiosa a un campamento cruzado sin capellanes ni religiosos que acompañen a las tropas? La recreación que propugnamos, y la que ofrecemos, pasa por cualquier rol que podamos imaginar: desde el más alto al más humilde. Simplemente, se trata de la vocación de representar aquello que hasta ahora no ha podido representarse, o tiene una presencia minoritaria en el panorama recreador.

    Pero, ¿Como introducir una mayor profundidad en la recreación? Ya que no nos limitamos a hacer acto de presencia, y pretendemos ser parte activa del ambiente histórico del campamento, llevando el concepto del "living history" a la recreación, este objetivo lo implementamos, normalmente, en tres fases, siendo las dos primeras las más usuales:

    1. Cápsulas: las cápsulas son pequeñas representaciones que nuestros miembros desarrollan en solitario o con una pequeña ayuda de los grupos asistentes. Se trata de pequeños retazos de la vida del periodo representado, llevados a cabo cuando hay público presente, o por el mero placer de recrearlos: un rezo, un enfermo que recibe asistencia y cura, una pequeña escena en la que se produce una pelea, un hurto, una persecución o una simple conversación con lenguaje de época.
    2. Teatralizaciones: las teatralizaciones son actos de mayor calibre. Para facilitarlos, pedimos a la organización del evento que estén contemplados en el programa, y asimismo requerimos la asistencia de los grupos presentes, en la medida de sus posibilidades. Siempre procuramos que los roles representados por aquellos que nos ayuden sean sencillos, aunque su participación es totalmente voluntaria y son libres de aportar lo que gusten al desarrollo de la teatralización, siempre que esta no se aparte del guión. Estas teatralizaciones reflejan de forma amena otros aspectos de la vida del periodo, pero de mayor hondura a intensidad: un juicio, una procesión, un día de mercado, un entierro... las posibilidades son tantas como la propia historia y los medios de los que dispongamos.
    3. Historia en vivo: el "living history" es un concepto mucho más profundo. Se trata de la unión de cápsulas y teatralizaciones durante un periodo de tiempo dilatado, de forma que la inmersión histórica del campamento aumenta exponencialmente. No obstante, aunque nuestros miembros pueden realizarlo por si solos, necesitarán de la colaboración activa de la organización y otros grupos presentes, ya que con esto todo salimos ganando.
    Estos tres niveles son lo que propugnamos para incluir el "living history" de modo progresivo en los campamentos. Ya que somos conscientes que no todos están preparados para llegar a ese extremo partiendo desde cero, abogamos por pequeñas colaboraciones y responder al márgen y apoyo que la organización de los eventos nos brinde. Grandes cosas pueden hacerse si colaboramos entre nosotros.


    martes, 27 de marzo de 2012

    Montiel Medieval 2012

    S.A siempre ha abogado por un mayor protagonismo de la recreación civil en España. Es curioso, pero días antes de llegar a esta localidad de la provincia de Ciudad Real, se produjo un intenso debate en internet entre los recreadores españoles, en el perfil de uno de los miembros de Signum Fénix, sobre lo que debía o no debía ser la recreación histórica en España. En este debate, muchas personas estuvieron a favor de un mayor protagonismo de la recreación civil, de la representación de roles alternativos y de la implicación en actividades de aquellas personas que se aburrían en los campamentos, sobretodo las mujeres que visten como tales.

    A raíz de esta discusión fundamos un pequeño grupo en facebook, llamado "14-M", en honor a la fecha en que se produjo este debate. Paralelamente, llevabamos más de un mes preparando a conciencia nuestra primera recreación del año: Montiel. Nada mejor que predicar con el ejemplo.

    S.A llevaba programadas dos actividades 100% civiles para el campamento montieleño: una procesión de flagelantes y apestados el sábado, y una misa de campaña el domingo, antes de la batalla. Pero Montiel nos sorprendió a un nivel que no esperábamos. Siempre nos enfrentamos a cierta resistencia por parte de la organización, en los eventos a los que vamos, o nadamos contra corriente a pesar de los apoyos, enfrentándonos a problemas de tipo técnico o la casuística. Normalmente, un evento "medieval" al uso se centra en la batalla y los combates entre caballeros, y Montiel parecía caminar en esta dirección.



    Sin embargo, Montiel fue algo diferente, muy diferente. Para nosotros, la organización tuvo un inmenso acierto al declarar, a última hora, el entrenamiento de la algarada del sábado por la tarde como no-obligatorio, y decir a los grupos que cada cual hiciera lo que estimara oportuno. Esto dió pie a las más variopintas escenas de vida cotidiana en el campamento: musulmanes en sus rezos, niños jugando y aprendiendo, herreros forjando, eclesiásticos rezando frente al altar, trovadores tocando sus melodías, venta de abastos, pobres pidiendo limosna...

    Al mismo tiempo, nuestros grupos amigos decidieron participar en el desfile de flagelantes, algo inédito en esta fiesta y recreación, pero que nosotros creimos necesario incluir. ¿Como no reflejar el paso de la peste negra por Castilla en uno de los pocos eventos españoles del siglo XIV, que se desarrolla menos de 20 años después de la gran epidemia de 1348? Como siempre, nuestros amigos y compañeros de Battle Honnours mostraron una energía, un dinamismo y unas ganas de innovar y participar que a todos nos sorprendieron. Ellos mismos se organizaron, se pintaron sus propias bubas y se dispusieron en varios grupos, junto al resto de recreadores de los más diversos grupos que dicieron acompañarnos: calatravos de Alcaudete, Guildas Áureas, Encomienda de Montiel... (perdón por si me dejo a alguien, pero con la máscara no veía muy bien).

    Os proponemos un ejercicio de rememoración, o de imaginación, si no estuvisteis allí. Abrían la marcha los guardias, y entre ellos, el monje, médico por las circunstancias (muchos doctores huían de las ciudades donde llegaba la peste) con su máscara como única protección, siniestro heraldo de la muerte, acompañado por el tañer del cencerro de una enlutada monja. Por detrás, los flagelantes disciplinándose, algunos de ellos ya apestados, advirtiendo a la gente que los pecados del alma tenían su reflejo en la carne, pidiendo clemencia, llorando su desventura, intentando agarrar a los sorprendidos lugareños en busca de compasión, pero también para recordarles que la muerte nos llega a todos. Por detrás, después de los soldados que protegían a las gentes del común, unas mujeres, beatas con el paternóster en la mano, rezaban al unísono el padrenuestro y el ave maría, creando una atmósfera irreal, trasportándonos a otra época, y a la plegaria desconsolada de unas gentes que no terminaron de entender el por qué de aquella epidemia y mortandad tan espantosa, atribuyéndola al castigo divino.



    A nuestro regreso al campamento, donde todas estas actividades de recreación civil, militar y artesana tuvieron lugar, nos topamos con otra sorpresa mayúscula. Nuestro compañero Joaquín, del grupo Conca, había decidido venir a Montiel, no de guerrero, como solía, sino como un humilde pordiosero, con una vestimenta muy conseguida. Pero eso no era todo. Joaquín recreó a la perfección su papel, lo vivió y lo representó hasta sus últimas consecuencias: se tiraba al suelo y reclamaba agua y comida con voz lastimera, no dejaba que nadie le viera el rostro, aceptaba la caridad con un silencio turbador, dejaba rastros de sangre falsa allí donde iba, y como buen pedigüeño español, no exento de picaresca, atesoraba todo lo que le daban. Una grandísima intepretación, que nos dejó sin aliento, y que produjo pesadillas a algún niño de esta pequeña localidad castellana.



    Por la noche, un desfile de antorchas precedió al sepelio del rey Pedro, un acto organizado por el propio pueblo en el que tuvimos el privilegio de participar. Nuestra hermana Etelvina cantó en el entierro real, para gran agrado y sorpresa de todos los asistentes, y el fraile hizo el responso del monarca, con un pequeño sermón que finalizó con la inmemorial frase: El rey ha muerto. ¡Viva el rey! Y así fue. A rey muerto, rey puesto.

    Terminamos el día con conversaciones a la luz del fuego, y una gran compenetración entre los grupos. Algo estaba cambiando, y nos ibamos haciendo conscientes de ello. A la mañana siguiente, con renovada energía e ilusión, hicimos una misa de campaña, antes de marchar hacia la batalla. De nuevo, el acto fue bien acogido, y gozamos de una gran asistencia de los recreadores, que participaron activamente en la homilía, una misa diferente, divertida, desenfadada, donde todos reimos y nos lo pasamos bien: la voz de pito del monaguillo, los sermones diferentes, hechos para los soldados, que llamaban a algo más que la caridad y el amor, los cánticos espotáneos y las risas, que impregnaron todo el evento.

    Marchamos luego, como solemos, equipados para acompañar a los soldados durante la larga marcha hasta la batalla. A las faldas del monolito erigido en honor a la muerte de Pedro I, bendecimos al bando enriquista, ganador de la jornada, y aún tuvimos tiempo para dar la extrema unción a los muertos en el campo de batalla, y cuidar de los heridos (que Joaquín saqueó en un nuevo ejercicio de recreación fiel a su personaje). Reunidos todos después del combate, regresamos al campamento y comenzamos a despedirnos.



    Pero mientras regresabamos a nuestros hogares, tanto nosotros como los otros grupos asistentes, tuvieron una misma sensación. Algo había cambiado. Algo que a todos había gustado. Como habíamos promovido en 14-M, y discutido semanas atrás, la recreación civil y los actos alternativos, complementaron a los combates y batallas, y aún se impusieron sobre estos, con gran agrado por parte de todos los recreadores, que disfrutaron de un fin de semana mágico, especial e inolvidable. Y, aunque notable, en este caso, la batalla fue de lo de menos.

    Desde S.A Unusual Reenactment os damos las gracias por haber hecho posible algo que hasta hace poco era tan solo un sueño.